Matadero Madrid propone estos días un crecimiento horizontal, una onda expansiva diseñada para el disfrute de prospectores armados de curiosidad, gente con ganas de conocer las creaciones y obsesiones de congéneres que pasaron del «¿por qué no?» al «lo hice».
Qué: Festival de música, cine y arte
Cuándo: Del 24 al 28 de junio
Dónde: Madrid (Matadero)
Se trata de una palabra botánica que alude literalmente (RAE dixit) al concepto de tallo horizontal y subterráneo, como el del lirio común. Gracias a su crecimiento indefinido, los rizomas pueden cubrir una superficie muy importante. También es un concepto filosófico acuñado por en los 70 por Félix Guattari y Gilles Deleuze, que identifica un modelo de ética de comunicación en el que todos los elementos pueden influir en los demás. Desde ahora, y con vocación de redimensionar ambas acepciones del término, Rizoma también es un festival polisensorial, madrileño por padrón, telar de artes hermanadas con la vanguardia. El penúltimo documental sobre impresoras 3D, una banda oscense que añora las nieves ucranianas, una mirada fílmica a la subcultura youtuber, el regreso de Silke como sacerdotisa ibicenca, la pervivencia rural del espíritu Fluxus, ciertos nombres propios de la nueva hornada independiente nacional (con Juventud Juché a la cabeza), el cadereo a los platos de Meneo, el aclarando más logrado acerca de la naturaleza de la música «chip»… en definitiva, Matadero Madrid se vuelve a convertir (magnífica rutina del salmón, pardiez) en zona de riesgo para los entes excel, las cuadrículas mentales y los espíritus de ventanas cerradas a otros vientos.
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