Desaparecido durante casi una década, Luis Arronte ha tomado de nuevo la guitarra –cambiando la eléctrica por la acústica–, para firmar un disco breve que hace buena la máxima de los perfumes: la calidad viene en frasco pequeño.
Qué: Disco (edita Cabaña Discos)
Cada canción tiene su momento y cada artista su espacio. Unas veces buscan seducirnos con su sonido, engancharnos con su letra o agitarnos con su ritmo y en ocasiones en lo más sencillo está la esencia de todo eso. Eso es lo que el granadino por adopción Luis Arronte (ex Dry, Chandals o Heavenly Dreams) ofrece en un regreso que se hizo esperar. Diez años han pasado desde que editara un debut marcado por el rock y con colaboraciones de gente de Lori Meyers y Los Planetas. El recientemente editado La tiranía del débil es radicalmente distinto: pausado, meditado y sencillo. El folk rock y la guitarra acústica se han hecho fuertes en un trabajo que aunque breve –son sólo siete canciones–, destila cosas buenas por todos lados. Hay intensidad a lo Wilco en Exploradores, ensoñación a lo José González en Cuarto menguante y La última canción o unos magníficos arreglos en Piedras, obra en parte del productor Raúl Bernad. No hace falta cerrar los ojos para disfrutar de este álbum, solo darle al play. El resto viene solo.
