Los hermanos Sotomayor se decantan por una cumbia electrónica de exquisito gusto que en ocasiones desemboca en un sofisticado pop. Su primer disco ya arranca favorables comentarios en México.
Qué: Disco (independiente)
Pocos hermanos parecen llevarse tan bien, en lo musical, como los Sotomayor. Salvaje, su álbum de debut, coproducido por Edi Kistler –la tercera parte de Liquits–, es la prueba que lo evidencia. Su fórmula es simple: Ella, Paulina, aporta la voz y la percusión; en tanto él, Raúl, tiene como responsabilidad la composición, producción y programación. Una serie de músicos invitados los secundan.
Cielo, el primero de sus diez temas –sin contar su breve intro– está anclado sobre una cadencia muy cumbiera, pero con giros inesperados hacia una electrónica midtempo salpicada de efectos y detalles que la hacen sonar tan original como colorida. Salvaje exhibe la voz netamente sensual de Paulina, quien resulta ineludiblemente seductora cuando se lo propone. Y Selva, los emparienta, en cierta medida, con la cumbia de los colombianos Bomba Estéreo, sin que ello oculte su talento.
Sotomayor ha hecho un disco para gozarse de cabo a rabo, el mismo que afirma que se trata de uno de los proyectos de electrocumbia y pop electrónico más refrescantes surgidos en el México de hoy.
