Malasaña se alza en armas: bayonetas de ritmo, andanadas de color, fogonazos de ingenio, explosión de sabores, ráfaga de risas y, naturalmente, muchas flechas de amor en cada carcajada.
Qué: Festival multidisciplinar
Cuándo: Del 9 al 11 de octubre
Dónde: Madrid (varios recintos)
El barrio más pintón de la capital española, crisol de tribus y albergue común para enterados y no iniciados, se viste de gala este fin de semana en la explosión sostenida de arte y cultura que celebran anualmente desde 2013 vecinos y nuevos amigos. Villamanuela es música (mucha, buena, variada), arte plástico, monólogos, concurso de escaparates del barrio (yo soy el más original, pero me sobra clase para admirar el talento visible cuatro portales más allá) y despliegue concienzudo de sabiduría culinaria a cargo de todos los templos de la tapa en este enclave vitalista de Madrid. Las salas compiten igualmente por el mejor directo: la veteranía y el groove de ESG se codea con esa enciclopedia garajera que son The Sonics, la pujanza de Fat White Family y Moon Duo o las manos prodigiosas de Chelis (directamente conectadas a su exquisito gusto) en la selección y mezcla de temazos con el bajo en todo lo alto. Además, los músicos emergentes tienen garantizado su hueco en el programa, gracias a la selección (ojo a Ana Béjar, sin ir más lejos) en los escaparates de los comercios. Son días luminosos en Malasaña, independientemente de lo que diga el reporte meteorológico. Días en los que el barrio respira un poco mejor, gracias al efecto balsámico de las sonrisas generalizadas.
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