Existen muchas formas de hablar de la separación en la música. Lo clásico es encerrarse en una cabaña, agarrar la guitarra y hacer el mejor disco folk. Pero no es el caso de Los Días Contados. Aquí hay un ingrediente secreto.
Qué: Disco (edita Tuneless)
La separación y el desamor es un cliché de la música. No existe artista que haya abordado el tema desde la lejanía o la intimidad. El sexo, otro lugar común, pero disfrazado con metáfora, figuras grotescas y poco sutiles. Juntar ambos mundos puede tener dos caminos: uno lleno de literalidades; el otro, el que decidió recorrer Los Días Contados en su primer álbum.
Lo que entrega el trío conformado por Juan Pablo Abalo, Luis Felipe Saavedra y Carlos Reinoso no puede ser descrito con otro calificativo que no sea elegante, maduro y lleno de sensualidad. Un álbum preciso, con las palabras justas y los acordes necesarios.
Tocaciones –tanto la canción como el disco– es un homenaje a los acompañamientos musicales de viejas y empolvadas cintas de porno. Una estatua renacentista, de mirada distante y pensamientos inteligentes. Más allá de la edad de sus creadores, son canciones que demuestran experiencia y sabiduría. Ese conocimiento que entregan los años, que te enseña qué decir y cómo tocar.