El sello Acuarela acaba de editar el segundo trabajo de Gente Joven, un trío que es como un remanso de paz: música para disfrutar pausadamente y soñar con los sonidos y sus letras. Paren el tiempo y escuchen.
Qué: Disco (edita Acuarela)
Con tan solo unos segundos de escucha Gente Joven ya te tiene ganado. Comienza Garcilaso, la canción de presentación de este segundo disco del grupo, y uno se zambulle al instante en un mar de plácidos sonidos y atmósferas, se siente flotar en unas aguas saturadas de dream-pop como en las de una salina. Y si cuidada está la música –más clara o más oscura según te adentras en el álbum–, más etérea de la mano de sintetizadores y electrónica o más terrenal con guitarras shoegazing, las voces y las letras no lo están menos. Fernando de la Flor y Patricia Madagán se complementan y se fusionan cantando, mecen las palabras y las ideas como si en una barca se movieran. Así es en canciones como Libélulas o la casi bailable Capicúa, temas que pueden recordar a infinidad de grupos foráneos de aquí a los años ochenta, pero a muy pocos cantados en español. Son sólo diez temas, algunos de ellos de ni siquiera dos minutos de duración, pero cada segundo de Casa de Socorro sabe a gloria bendita.