Si hay un disco que está cambiando la forma de ver la música en España el presente año, ése es el nuevo trabajo de Niño de Elche. Parece flamenco pero no lo es. Es rock y electrónica y post-punk y mil cosas más; es decir, es todo y es nada. Juzguen ustedes mismos.
Qué: Disco (edita Telegrama Cultural)
Hay artistas que en lugar de seguir el camino se salen de él y buscan el suyo propio. Es el caso de este cantante cuyo nombre real es Francisco Conteras y que firma bajo el seudónimo de Niño de Elche. En sus comienzos parecía seguir la senda del flamenco clásico, hasta que decidió ir más allá, empezar campo a través y ver dónde le llevaba su voz. Durante esos pasos fue cogiendo las piedras que distintos autores iban dejando, letras comprometidas, críticas y feroces con la situación social actual, de gente como Antonio Orihuela, Begoña Abad o Enrique Falcón, y les puso su particular voz. De la música se encargarían sus cómplices Darío del Moral y Daniel Alonso, de Pony Bravo, entre otros. El resultado es Voces del extremo, un disco único y atípico, que juega con ingredientes como el rock, la electrónica y el flamenco, que no quiere insuflar aires nuevos y revolucionar un estilo centenario –nada más ampuloso y grandilocuente diría su autor–, sino parafrasear al poeta: caminante no hay camino, se hace camino al andar.