No hay duda de que una nueva generación de músicos chilenos está naciendo y Niños del Cerro es un estandarte de ello. Con su disco de debut, Nonato coo, el cuarteto deslumbra con nueve canciones llenas de frescura, pasión y mucha dulzura.
Qué: Disco (edita Piloto)
Si hay algo que caracteriza a la nueva escena musical en Chile son las guitarras endulzadas sacadas de cualquier disco de My Bloody Valentine o liricas dignas de algún lado B de El Mató un Policía Motorizado. En esta oportunidad, sin ambición y con grandes toques de cotidianidad, Niños del Cerro presenta un resumen de gustos musicales y pensamientos.
Desde el primer acorde hasta el último segundo, Nonato coo se convierte en un enjambre de guitarras con efectos precisos. Composiciones que son tan cálidas como melancólicas, divertidas y con mucha lucidez. Así destacan himnos como Las palmeras (dedicada a aquellas antenas disfrazadas de árboles), La pajarería o la que da nombre al álbum, que cuenta con la colaboración de Yaney Salgado, de Patio Solar).
El debut de Niños del Cerro no solo es uno de los mejores trabajos chilenos del año, sino que también corre riesgo de ser uno de los álbumes más representativos de su generación. Es un disco ligero y denso a la vez, que reúne formas de hacer música y perspectivas existenciales sobre la vida, la juventud y lo duro que puede ser convertirse en adulto.
