El quinteto peruano Submarino, liderado por el cantante y guitarrista Esteban Bertarelli, ha remecido la escena independiente limeña con Bravo zulu, su álbum de debut, considerado como uno de los discos más destacados de 2015 en su país.
Qué: Disco (edita Faro Discos)
Gracias a lanzamientos como los de Cocaína (Nadie incendia el mundo), Kanaku & El Tigre (Quema quema quema) y Bareto (Impredecible), entre otros, 2015 fue un año muy interesante para la escena independiente limeña. Pero todas las bandas mencionadas cuentan con discografías más o menos nutridas y suelen convocar cada vez más seguidores a sus presentaciones en directo. Para los nuevos novísimos no es fácil llamar la atención del público y la prensa en una escena como la peruana. Por eso es doblemente meritorio lo conseguido por el quinteto Submarino con su espléndida opera prima, Bravo zulu, un disco que sorprende y entusiasma por la solidez y la luminosa originalidad de sus nueve cortes.
¿Cómo describir el sonido de Submarino, que nació como una suerte de proyecto solista del cantante y guitarrista Esteban Bertarelli para luego consolidarse como una banda en la que la participación del trombonista Fernando Casanova terminó siendo fundamental? Digamos que se trata de un indie pop propenso a la psicodelia y las abstracciones instrumentales que tiene como principal virtud la manera en que sus canciones buscan esquivar los formatos tradicionales y los clichés para transitar con total frescura de la contemplación al estallido, de la prudencia al descontrol. Bertarelli menciona entre sus influencias a Los Planetas, Belle And Sebastian, Neutral Milk Hotel y la leyenda del indie peruano Electro Z, pero la propuesta de Submarino tiene escasos parangones en el circuito local. Este Submarino acaba de iniciar su travesía y vale la pena seguirle el rastro.