En la banda chilena parece ser eterna consigna la búsqueda de algo. Si en su trabajo anterior era la estabilidad de una frecuencia olvidada, en Gabriel, su nuevo álbum, es sintonizar a un nivel que va más allá de todo lo hecho.
Qué: Disco (edita Cápsula)
Corre el primer segundo y parece evidente que estamos frente a un nuevo Matorral. Aunque tal vez no sea tan distinto y más bien estemos frente a un viejo conocido, que en Gabriel presenta el resultado de un trabajo de campo exhaustivo, minucioso y provechoso. Y es que el grupo encabezado por Felipe Cadenasso tiene fama de estudioso y melómano, expresando sus inquietudes al máximo en composiciones como las que integran su quinto larga duración.
Desde hipnotizantes instrumentos de viento, el protagonismo de pianos y sintetizadores, secuencias y armoniosas percusiones, Gabriel es un disco que logra combinar la experimentación con ritmos extrovertidos. Así, Caen, Boleta de cambio o Poder ser son prueba de un sonido elegante y aplicado, donde valen todos los silencios y cambios de tiempo, y cada uno de los instrumentos se complementan sin competir por el primer plano.
Además de arreglos vocales que sorprenden, el álbum disfruta de la madurez que brinda los años de trayectoria. Los mismos años que Matorral lleva exprimiendo al máximo las capacidades de sus instrumentos y de sí mismos, en una inquietud que se mueve al son del cambio.
