Con un estilo personal, cuidando ritmos y ambientación, la banda barcelonesa presenta su flamante trabajo. Cálido, adictivo, hedonista y glamoroso, Chill aquí remite al mejor pop sofisticado de los ochenta. Un diez.
Qué: Disco (edita Canadá)
Extraperlo hace bailar, pero no de forma alocada y desenfrenada. Lo suyo tiene un feeling especial: hace cabecear, mover pies en el lugar, chasquear dedos y agitar hombros. Engancha sutilmente. Y en cuanto llega la glamorosa Ritmo privado ya no se puede dejar de escuchar. El cuarteto que forman Alba, Borja, Caho y Aleix ha dado un nuevo giro de tuerca a ese pop sofisticado de ritmos curiosos y ambientes hedonistas que puede recordar a producciones cuidadas de los ochenta entre el tecno y el funk blanco o a la mejor versión de Roxy Music. Producido por Aleix y mezclado en Nueva York por Al Carlson, la continuación de Delirio especifico suena más vivo y más orgánico, con canciones adictivas como el single Algo distinto, Mecánica moderna –con su groove, guitarra wah wah y ritmo casi reggae– o No me toques por la espada y su particular tropicalismo. La cosecha de este recién estrenado 2016 está siendo buena y Chill aquí no hace más que subir el listón.