El cantautor de Valparaíso –y residente en Santiago de Chile– es una de esas joyas ocultas que merece la pena descubrir. En Nuevo hogar, su trabajo más reciente, transforma influencias y trayectoria en un lenguaje único y propio.
Qué: Disco (edita Sudamerican Records)
Desde el primer sencillo del disco que lleva el mismo nombre, Nuevo hogar expresa un giro en los caminos de Diego Peralta. Un pop mucho más trabajado –también conversado–, donde todo se escucha planificado, experimentado y ejecutado con la mayor de las seguridades.
Y es que a diferencia de sus álbumes anteriores, esos que se grababan en la intimidad del dormitorio, la nueva casa de Peralta se construyó en plena comunidad. Desde Ítalo Arauz (Matorral) en la batería, hasta Leo Saavedra (Primavera de Praga) en los teclados, pasando Cristóbal Briceño (Ases Falsos), Tomás Preuss (Prehistöricos) en las voces y Mowat en la producción, fueron los aliños perfectos para una receta que goza de un equilibrio ideal en cada una de las doce composiciones incluidas en el disco.
Con canciones como Un minuto de paz o Nuestra ciudad, este trabajo refleja una madurez del cantautor que no queda solo en la música, sino que también en la forma de trabajar y desenvolverse frente a su propia obra. Un trabajo fino, ameno y limpio que no se queda en la evolución, sino que también asegura una grata consolidación.