Una de las artistas más renombradas de los últimos diez años en Brasil está de vuelta con un nuevo trabajo. Tropix, su cuarto álbum, viene cargado de una sencillez pop luminosa, con melodías que sonríen al oyente.
Qué: Disco (Urban Jungle/Slap)
A pesar de haber aparecido en la escena en 2005, la frescura e inventiva de la paulista Céu –o Maria do Céu Whitaker Poças– hace que sea de las artistas más mencionadas cuando se habla de «nueva MPB». Es entendible: cada uno de sus lanzamientos proponen algo realmente novedoso, en los que su voz es la única constante.
El título ya da pistas: suena tropical y accesible, pero a la vez extraño. La versión de Chico Buarque Song, tema de Fellini –banda icónica del under paulista de los 80–, es un punto clave para comprender la intención de este disco: combinar rareza y pop, como también hacía la mencionada banda.
Temas como Arrastar-te-ei y Varanda suspensa confirman esa adhesión inmediata, aunque su presencia no le quita espacio a temas singulares como A menina e o monstro, con una onda muy Stereolab y ruídos disonantes, o el sambita electrónico Minhas bics.
Lo interesantes es que a pesar de estas diferencias, existe una identidad colectiva muy fuerte en las doce canciones, que le hacen ganar fuerza cuando se escucha el disco completo. La producción, compartida entre el brasileño Pupillo (baterista de Nação Zumbi) y el francés Hervé Saltes, cumple un importante papel; es lo que hace que sea un disco que suena moderno y que no parece tener fecha de caducidad.