Ocho años de experiencia han curtido la piel de una organización que, como Confucio (o quien fuera) se ha sentado en la puerta de su aseada casa mientras pasaban por delante proyectos más ambiciosos y de menor consistencia. Es como el buen vino: envejece de maravilla.
Qué: Festival de música
Cuándo: 24 y 25 de junio
Dónde: Barbastro, Huesca
En el magma sociocultural del Somontano hay muchas cosas que invitan a sacar pecho y pasear orgullo. Las más conocidas son, sin duda, el vino y el Polifonik Sound. De lo primero (sin olvidar al maravilloso tomate rosa) hay en abundancia y calidad: el segundo, desde hace ocho años, barniza la ciudad oscense de buena música y saber hacer organizativo, presidido por el buen gusto, la programación balanceada y el apoyo sostenido a las bandas de la tierra. Un año más, los «polifónikos» incondicionales agotaron los abonos previos: en este fin de semana la fiesta comienza con Domador, una de las bandas más eléctricas y desubicantes salidas de Huesca en los últimos decenios. Desde Navarra, Belize aporta dandismo sonoro y energía (bien canalizada, desde luego) a raudales. Mucho sacude etiquetas a golpe de guitarrazos, e Izal reaviva su magnetismo para las masas en la misma medida en que Grises pone a bailar a las mismísimas piedras. Por si fuera poco, mañana hay delicatessen con Egon Soda y L.A., además de dos bandas aragonesas de espléndido presente: los psicodélicos My Expansive Awareness y Los Bengala, pura ferocidad a dúo. El Polifonik sabe además cómo revestir el programa de premios adicionales. El plan no falla por ninguna parte…