Periferias cumple diecisiete añitos con un estado consciente de alteración, forzosamente gozoso por aquello de ser triplemente «–ado»: buscado, calibrado y redibujado. Música, cine, teatro, moda, arte plástico… y luminarias como Hans-Joachim Roedelius o Bigott, que lleva nuevo disco a la fiesta.
Qué: Festival temático multidisciplinar
Cuándo: Del 20 al 30 de octubre
Dónde: Huesca
Estados alterados. A la orden: lo estamos. En esta edición, lo de alterarse es un concepto, un tema hacia el que se «centripeta» todo el contenido antes de que el paso de los días y las cosas centrifuguen el resultado de todo el esfuerzo organizativo. Periferias crea esa sensación, acompañada de hormigueo en el hipotálamo (literal) y una cierta ansiedad por ponerle cara a todos los protagonistas (siempre hay algunos que los mortales no conocen: solamente Luis Lles y parte de su núcleo operativo), sonidos a la teoría de sus propuestas, colores a sus diseños, comedia a sus dramaturgias (o viceversa) y movimiento a las carátulas de las videocreaciones presentadas.
En la música, dos noches básicas: la velada Bleep! del día 28 con talento aragonés (My Expansive Awareness y Bigott, Lucca, Smoke Banana o Gabriel y Vencerás, entre otros) y la noche de fronteras abiertas veinticuatro horas después con Kiko Veneno al frente, y un plantel tan variopinto como sustancioso: el caraqueño Cardopusher, Suso Saiz con Justo Bagüeste, los brasileños asentados en el la capital mod (Fumaça Preta, en Brighton), The Zephyr Bones y un pionero del krautrock y el ambient: Hans-Joachim Roedelius, entre muchos otros.