Dos años después de la salida de Conducción y con un sonido más adolescente y –paradójicamente– más maduro, la banda chilena Ases Falsos presenta El hombre puede, su esperado tercer material discográfico.
Qué: Disco (edita Quemasucabeza)
El hombre puede tiene un comienzo enérgico, ruidoso y estrepitoso para alguien que se quedó con Simetría (meloso hit de Conducción) sonando en la cabeza. Este inicio no es casualidad; y es que todo el flamante disco de la banda liderada por Cristóbal Briceño se caracteriza por tener un sonido nítido, poderoso, fuerte y rockero que aleja a Ases Falsos de la sonoridad más amateur de sus placas anteriores e inaugura una etapa de producción sobresaliente a cargo del también integrante de la banda Martín del Real.
Grabado íntegramente en cinta, El hombre puede confirma la calidad de los santiaguinos como fabricantes de canciones: letras directas y contingentes, melodías gancheras, riffs coreables y sutiles pero eficaces arreglos hacen del disco de treinta y siete minutos de duración una tercera entrega breve pero muy contundente. Canciones como Más se fortalece, Subyugado o Mucho más mío dotan al álbum de momentos épicos que invocan a las bandas que sonaron fuerte en los minicomponentes de los jóvenes alternativos de los años noventa, como es el caso de Pixies o Weezer y que ya lo quisieran varias bandas de rock hispano, así como también la homogeneidad y cohesión que hay actualmente en su ensamble. En diez canciones El hombre puede se muestra caliente, sensible e inteligente y renueva un rock-pop radial con herramientas filosas y aterciopeladas intenciones.