Pocas veces la etiqueta homemade había dicho tanto como aquí. En un proceso de hibernación pop, Eloy Bernal pensó, creó y grabó en su piso de Barcelona este segundo disco de Hibernales, proyecto que comparte con su hermana Elisa.
Aislado del exterior, encerrado en la habitación de su casa en la que almacena y juega con cacharros electrónicos, sintetizadores y guitarras, Eloy Bernal ha compuesto un disco maravilloso. Sí, es casero, tranquilo, sin sobresaltos ni críticas, cálido y a su manera cómodo, como a todos nos gusta sentirnos entre nuestras cuatro paredes. Junto a su hermana Elisa forma desde hace unos pocos años Hibernales, un grupo modesto y de canciones sencillas al que no le disgusta salir de esa comodidad para experimentar con distintos sonidos.
Manteniendo la esencia del pop, Eloy y Elisa juegan con su música a sonar distintos y extraños en su justa medida, como los difuntos Broadcast o Stereolab, Single o lo última etapa de Le Mans. Pop de dormitorio que también abraza la psicodelia como si fuera una amorosa almohada en canciones como Luces random, Gente normal rara de encontrar o La fuerza centrípeta, dando forma a una cama de música cuyas sábanas y mantas son suaves melodías sobre un confortable colchón electrónico