Mucho se ha hecho esperar Maga. Tras una larga temporada en silencio, por fin ha llegado su nuevo disco: una acrobacia emocionante para nada apoltronada, un salto de longitud hasta lo más profundo del corazón.
Maga es uno de esos grupos que pueden hacer llegar hasta el tuétano de la emoción. El trío que forman Miguel Rivera, Javier Vega y César Díaz sigue ofreciendo poesía en forma de canción desde que editase aquel blanco e impoluto álbum de debut hace ya casi quince años, Y como lo bueno viene en bote pequeño, su carrera continúa entregando en pequeñas dosis emoción y amor con sus voces y melodías.
En Salto horizontal los sevillanos se han ayudado de la producción de Ángel Luján para firmar una decena de canciones con guiños poéticos. La casa en el número 3 es un ejemplo de ello. También hay una dedicatoria a la soleada Cádiz en De plata y letras que giran en torno a amores y desamores o momentos de nostalgia y soledad rodeados de luz brillante. Y un par de colaboraciones de lujo de la mano de Anni B Sweet y Zahara en Por las tardes en el frío de las tiendas y Juego respectivamente. El álbum se hace corto y se escapa en un suspiro; es necesario escucharlo más de una vez para captar todos los ricos matices con los que juegan estos verdaderos artesanos de la canción pop.