El norte de la Sabana de Bogotá vuelve a acoger al festival Estéreo Picnic para celebrar la música alternativa en sus diferentes manifestaciones. El evento, que ya se cuenta entre los más relevantes de Colombia, llega a su octava edición con un cartel amplio que sorprende por la solidez de los invitados nacionales.
Desde 2010, año de la primera edición del festival, los asistentes más fieles fueron transformando al Estéreo Picnic en un ritual musical que ha visto desfilar a los nombres más rutilantes del pop y la electrónica mundial de los últimos veinticinco años, y germinar a artistas locales que hoy despuntan en el panorama continental. Esta vez, la presencia de The Strokes, The Weeknd, Justice, Rancid y The XX, entre otros, quizás sea la excusa perfecta para escuchar una muestra ajustada de lo que acontece todas las semanas en las calles, las salas y bares de Bogotá, Colombia y América Latina.
Sorprende, y mucho, encontrar a la legendaria Totó la Momposina a la que su trayectoria, al margen de asuntos mediáticos, la avala como la artista local principal de la octava edición del festival. Junto a ella figuras más jóvenes de la música tradicional como Canalón de Timbiquí, lideradas por Nidia Góngora, realzan una programación contundente que atraviesa el rock nacional de la mano de bandas como Árbol de Ojos, Los Makenzy, Nanook el Último Esquimal y Seis Peatones; el reggae telúrico de Nawal; la champeta de Bazurto All Stars; el hip hop revelador de Ali A.K.A Mind, Ratrace y N Hardem; el folk-pop reconfortante de Elkin Robinson, Buendía y Cocó Nonó; el desparpajo cumbiero de Romperayo (proyecto personal de Pedro Ojeda, baterista de Los Pirañas y Frente Cumbiero); la delicadeza electro-pop de Ságan y la mirada electro-caribeña de Quantic.
La cuota latinoamericana está a cargo del argentino Chancha Vía Circuito, el ecuatoriano Mateo Kingman, el boricua AJ Dávila y los venezolanos Rawayana, quienes desde la cumbia, el hip hop, el rock y el reggae, respectivamente, abordados desde ópticas electrónicas, digitales y orgánicas, anuncian un continente sonoro que palpita. Estéreo Picnic emociona por el brillo pop que desembarca de las metrópolis pero cautiva por la vitalidad sonora que emana en la periferia.
