Un retrato muy realista de lo que es hoy la capital cubana, con personajes que tienen su propio punto de vista acerca del sistema, de la vida y del futuro. De esto habla el último trabajo de Fernando Pérez, Últimos días en la Habana, que llega a las salas españolas.
Miguel es un hombre de 45 años que tiene un objetivo muy claro en la vida y que es el motivo por el que se levanta todos los días: quiere abandonar La Habana e irse a Nueva York. Mientras vive con la ilusión de que le llegue un visado para poder cumplir con su sueño, trabaja lavando platos en un restaurante, estudia inglés y también cuida de su amigo de la infancia, Diego, que es gay, está enfermo de SIDA y no se puede mover de la cama.
A pesar de que en teoría la situación de Diego es mucho peor, este es positivo, mientras que Miguel es mucho más negativo y oscuro. Sin embargo, con sus diferencias, su relación es sincera y profunda, pues han compartido muchos momentos importantes en el pasado. Junto con estos dos personajes, también aparecen otros que muestran a su vez su forma de ver las cosas y sus anhelos, como la sobrina de Diego, que solo ve cosas negativas en el sistema actual de Cuba, o la hermana y la tía, a favor de la revolución.
Últimos Días en La Habana está dirigida por Fernando Pérez y está protagonizada por Jorge Martínez (El viajero inmóvil), Patricio Wood (La emboscada) y Gabriela Ramos (la serie Zoológico), entre otros. Ha tenido muy buena acogida por parte de la crítica y ha participado en festivales como el de La Habana, en la Sección Oficial de largometrajes a concurso, y en el de Berlín, en una sección llamada Berlinale Especial. Además, ganó tres premios en el pasado Festival de Málaga, incluyendo el de mejor película iberoamericana.