Sebastián Lelio es una de las figuras pujantes del nuevo cine chileno, ese que sin complejos está copando los festivales más importantes del mundo y que muestra a un Chile cambiante pero a la vez preso de un pasado traumático. Su nueva película, Una mujer fantástica, lo consolida como nombre a seguir.
En 2013, en el marco del Festival de Berlín, el cineasta chileno Sebastián Lelio, con una trayectoria estimable pero local que incluía tres largometrajes, presentó Gloria, una película que sorprendió y provocó encendidos elogios, rumoreándose incluso la posibilidad de alzarse con el Oso de Oro. No fue así, pero sí que su protagonista, una incomparable Paulina García, logró el premio. De esa manera, el filme convierte a Lelio en un nombre a tener en cuenta en el circuito internacional.
La vuelta en 2017 al Festival de Berlín con Una mujer fantástica, se salda de nuevo con una excelente acogida y el premio al Mejor Guión. La película, un melodrama contenido en el que Marina, una mujer transexual interpretada por Daniela Vargas, se encuentra con que la inesperada muerte de su pareja veinte años mayor, Orlando Reyes (Francisco Reyes), la deja sumida en soledad y con la hostilidad de la familia de su pareja, que nunca aprobó esa relación. Pero el carácter duro y soñador de Marina, le hará enfrentarse a esos prejuicios con valentía.
Con ecos al cine de Pedro Almodóvar, Una mujer fantástica, consolida a Lelio como un director dotado de especial sensibilidad para los personajes femeninos, presentando un retrato de la contemporaneidad chilena y universal. Su indudable capacidad para sacar lo mejor de sus actrices le ha llevado a incursionar en el cine norteamericano, de la mano de Rachel Weisz y Rachel McAdams, para adaptar la novela Disobedience, de Naomí Alderman. La propia Weisz fue la que insistió en que Lelio fuese el director de la película.
Con Una mujer fantástica muestra una sociedad esquizofrénica, incapaz de asumir con normalidad las tensiones entre las nuevas formas de contemporaneidad sociales, sexuales, personales, y en la que los sectores más conservadores hacen todo lo posible por impedir mirarlos con normalidad.
