A veces los experimentos se convierten de manera inesperada en un nuevo rumbo principal. La salida en 2015 del EP Medalla de plata por parte de Wild Honey –en principio unas canciones sueltas cantadas en español, a diferencia del resto de su obra que era en inglés–, abrió un campo de posibilidades para su autor, que derivó en este Torres blancas.
Lo que podría haberse quedado en anécdota fue recibido con un entusiasmo aún mayor al que ya estaba habituado Guillermo Farré, el cerebro tras el nombre de Wild Honey. Aunque el eco al sunshine pop, a los arreglos barrocos a lo Brian Wilson o The Left Banke de sus dos primeros discos sigue ahí, Wild Honey jamás ha sido un proyecto meramente revivalista, sino una manera de mirar al pasado con ojos del presente sin intención de reproducirlo.
Por eso no debe sorprender que parte del disco contenga arreglos de cuerda de Sean O’Hagan de High Llamas o Microdisney, también parte de los añorados Stereolab. Precisamente Tim Gane, líder de Stereolab, fue el productor del segundo largo de Wild Honey, Epic Handshakes And A Bear Hug. Nombres de músicos, como el propio Farré, estudiosos de la historia del pop, sobre todo de sus márgenes, accesibles y experimentales a una.
Torres blancas, evocador nombre para la arquitectura madrileña, se convierte en un nuevo festín para los aficionados a la música pop compleja, con muchas capas y multitud de detalles que se van descubriendo con las sucesivas escuchas. Un disco que no parece agotarse en sí mismo, sino que se siente como el trabajo de un cuidadoso artesano, en el que cada detalle tiene su razón de ser. La naturalidad en la forma de cantar de Guillermo, a veces casi un susurro, es otra de las ganancias de su paso del inglés al español.
Un álbum melancólico, con letras llenas de imágenes bellas y sorprendentes, con canciones por momentos susurradas y que puede convertirse en disco favorito para un fan de La Buena Vida o de The Free Desing; o lo que es lo mismo, amantes de los arreglos sofisticados como banda sonora de una cita en la que tomar los cócteles más exclusivos.