Enrique Baró nos presenta en su ópera prima a un anciano, a un adulto y a un joven que se despiertan un día en su casa de veraneo. La película de nuestra vida, que nos hará recordar nuestras vacaciones más felices, se estrena en las salas españolas.
¿Quién no recuerda las interminables tardes de verano jugando todo el rato con los amigos, tirándose a lo bruto a la piscina, soportando las órdenes de los padres diciendo que no molestemos más y acudiendo a las verbenas a escuchar las canciones que resuenan en las cabezas de todo el mundo? Enrique Baró ha querido con su ópera prima que el espectador rememore momentos de su infancia y juventud, cuando las vacaciones familiares eran larguísimas y no había preocupaciones.
La película de nuestra vida cuenta la historia de un joven, interpretado por Nao Albet (Ventdelplà, Cuéntame cómo pasó), un adulto, al que da vida Francesc Garrido (Sé quién eres, Cites, Gran Reserva, Stella Cadente) y un anciano, encarnado por Teodoro Baró Rey, y que curiosamente es el padre del director, que despiertan una mañana en la casa donde pasan las vacaciones.
El filme deja a la interpretación si en realidad son la misma persona, igual que también juega con la ficción y no ficción, ya que Baró incluye en el montaje grabaciones caseras en las que se puede ver al propio realizador en varias escenas. Sin duda, el toque autobiográfico de este trabajo es uno de los aspectos a destacar, así como el sentimiento de nostalgia que transmite.
Finalmente mencionar que la cinta se ha exhibido con éxito en varios festivales. Fue recientemente galardonada con la Mención especial del jurado de la crítica en el D’A Barcelona y participó en la sección «Nuevas Olas» del Festival de Cine Europeo de Sevilla.