A casi veinte años de su lanzamiento se reedita La Historia, la novela monumental y oculta del escritor y periodista argentino Martín Caparrós que narra el auge y caída de una civilización prehispánica imaginaria.
Cuando en 1996 el norteamericano David Foster Wallace publicó La broma infinita la prensa en general hizo demasiado hincapié en el tamaño del libro: un ladrillo de mil trescientas páginas con un peso y un grosor demasiado temibles, demasiado best-seller, comparado al de las novelitas de doscientas páginas que por entonces colmaban los anaqueles del departamento de literatura. «Si Wallace fuera menos talentoso uno estaría inclinado a pegarle un tiro en algún lugar a la vuelta de la página 480», decía por entonces el reseñista del New York Times. Es que a diferencia de la literatura breve, la de largo aliento es un desafío que se parece menos a la lectura y más a la convivencia.
Son exuberancias a las que muchos escritores llegan buscando escapar de las tradiciones literarias y, por qué no, con la ambición de inventar nuevas. Como en La Historia, de Martín Caparrós, una novela de mil páginas sobre una civilización extinguida que nunca existió.
El torrencial volumen, que se reedita a casi veinte años de su primera aparición, empieza con el hallazgo por parte de un historiador argentino de un manuscrito en francés que narra las costumbres y peripecias de los Calchaqui, una civilización imaginaria emplazada en el Cono Sur antes de la llegada del españoles.
A partir de allí se pone en danza un tipo de narrativa de pomposidad enciclopédica, tejida como un libro infinito, de contornos borgeanos, donde los géneros literarios se mezclan y confunden. Un libro que se explica como respuesta a una década, la de los 90 en Argentina, agotada de las fórmulas del boom latinoamericano y con muchas necesidades de inventarse una narrativa nueva.
A Caparrós le llevó diez años escribir esta aventura literaria, un tiempo en el que también escribió y publicó un montón de otras cosas, todas singulares pero nunca tanto como esta crónica titánica que, con el tiempo, logró transformarse en un libro de culto. Inhallable, inconseguible, traficado en Ebay a precios de coleccionista, Anagrama lo reedita como un modo de honrar a Caparrós en su cumpleaños número sesenta, un autor que no se cansa de repetir que para él este libro no sólo es su mejor libro, sino el único.