Portamérica es un enlace de mundos que hablan igual (o parecido) y vibran al unísono con la música, con especial atención al pop y el rock independientes. Este año, además, The Horrors y Asian Dub Foundation figuran como ilustres invitados anglos. La comida es de alto nivel, de estrella Michelín.
Vuelve fuerte, porque nunca se fue, el amor pontevedrés por la música independiente materializado en el festival que más filias desata en la zona. La Iberoamérica sonora tiene aquí una de sus voces autorizadas, con invitados anglos de personalidad rotunda como Nikki Hill, The Horrors o los veteranos Asian Dub Foundation.
Iván Ferreiro, que juega en casa y vive una tercera juventud escénica, es uno de los más esperados junto a otros tres grandes de la tierra gallega, Xoel López, Triángulo de Amor Bizarro y Novedades Carminha. Kase.O centra la atención de la parroquia rapera (aunque su figura trasciende cada vez más el eco tradicional del género) y Quique González, Leiva, Enric Monfetusco y Depedro representan modos diversos de entender la canción de autor.
Para subir las revoluciones se cuenta con los granadinos Niños Mutantes y Carlos Sadness; a Rufus T. Firefly les toca consolidar un poco más esa corriente devota que multiplica su mensaje en el último año. Desde las Américas llegan en andanada unos cuantos talentos de peso y calado: Los Amigos Invisibles para bailar y bailar en gozadera, el saber hacer de Aterciopelados y sus historias a flor de piel, Brasil ecléctico en las venas (ahí cabe desde reggae a rock o bossa) con BNegão & Seletores de Frequência, Mateo Kingman y su cruzada rítmica, la Orkesta Mendoza de la mestiza Tucson, Camilo Lara en el cierre, Porter desde el corazón de México…
Además de la música, Portamérica propone de nuevo despliegue de maravillas culinarias, con una treintena de chefs de primer orden (estrellas Michelín) coordinados por Pepe Solla, los talentos del diseño tendrán un año más su espacio de intercambio conceptual y comercial… y entre las opciones de acampada a la vera del río Umia destaca el glamping: duermes en tienda, sí, pero la tienda es un tipi indio, o una cabaña del Imperio Romano…