Después de los fastos de 2016 con el cuarto de siglo del festival Pirineos Sur, la cita de la música con las montañas de Huesca se renueva con un cartel espectacular, en el que Iberoamérica tiene pilares sólidos: Residente, El Cigala, Ile, Ìfé, Kase.O, Systema Solar, Pascuala Ilabaca…
En un festival de música, el entorno es importante. Cuando el entorno es paradísiaco, el atractivo artístico se une al turístico. Cuando los organizadores del asunto, conscientes de lo excepcional que es el entorno (con escenario flotante en un embalse, por ejemplo) no se acomodan en lo facilón y trabajan un cartel variado, exigente, sin sombras para tanta luz, el resultado siempre va más allá del notable alto.
Pirineos Sur lleva conjugando esos verbos (trabajar, arriesgar, trascender) un cuarto de siglo: ahora, con pasteleros como Begoña Puértolas y Luis Lles al mando del horno, busca un poco más de finura en cada bizcocho de cumpleaños. ¿Noche flamenca para empezar? Que sea homenajeando a Leonard Cohen, primero, y disfrutando de Diego el Cigala después. ¿Figurón para seguir? Franco Battiato, con otro veterano transalpino como invitado de última hora, Juri Camisasca, y la promesa balcánica Božo Vrećo de entremés.
¿Nos vamos a lo más pujante de la nueva ola iberoamericana? Mateo Kingman, en Sallent, entrada libre y corazones en alto. Así todos los días: propuestas para sorprender, acompañar, descubrir, bailar y reposar. Ìfé y su hechizo yoruba es otra muesca en el calendario, lo mismo que el concierto de Residente junto a su hermana Ile. El gran Youssou N’Dour regresa al festival tras muchos años de ausencia, con Tinariwen y su furia tuareg calentándole el piso, pero antes Sallent abre sus puertas a Pascuala Ilabaca y se habrá puesto a dar brincos con Systema Solar. En el último fin de semana, Crystal Fighters y Kase.O… y en los escenarios más pequeños, gemas por doquier.
Además hay cine, el mejor mercadillo de las culturas que se pueda imaginar, circo, actividades infantiles… Todo regado con música y el aire puro de un Valle de Tena que sonríe cada julio con su caravana de locos mansos.