Mariano Cohn y Gastón Duprat dirigen un documental satírico que revisa uno de los principales objetos de culto argentinos: el asado. A través de sus entrevistados, Todo sobre el asado traza un mapa de mitos contradictorios y verdades a medias que dicen más sobre la identidad argentina que sobre la carne a la parrilla.
En Todo sobre el asado, esa máquina de narrar conocida como Cohn-Duprat agita otra vez los pilares flácidos sobre los cuales se establece el imaginario popular.
Si en Cupido (2001-2003) forzaban al amor romántico a confesar que su ceguera era puro cuento, y en Yo Presidente (2003) lograban poner en pantuflas y deshabillé a los entronizados presidentes de la democracia, en este documental se proponen disipar a sopapos todo el humo que se vende junto con el asado argentino, un ritual gastronómico que ha sido sacralizado al punto de desarrollar su propio templo: el quincho, un adefesio arquitectónico que se construye alrededor de las parrillas y en muchos casos llega a alcanzar el tamaño de una casa pequeña.
Aunque las entrevistas rondan ese y otros detalles –como el punto de la carne o el origen de las vacas–, en Todo sobre el asado el objeto de estudio no es la carne vacuna a la parrilla sino sus fieles, personajes de cierta excentricidad que animados por el interés cinematográfico dan rienda suelta a muchas de las supersticiones que sostienen al asado como el ritual nacional por excelencia.
Narrado por el Negro Álvarez, humorista argentino que trabaja lo popular, el documental busca la complicidad del público para desmitificar y tomarle el pelo a los garantes del arte y la ciencia del asado. Lo que logra es un efecto cómico incómodo, acumulativo, políticamente incorrecto, sello distintivo de la dupla Cohn-Duprat.
