Ciudad Emergente, el festival argentino dedicado a las propuestas de noveles creadores con epicentro en la música, amplía el sitio de otras disciplinas artísticas en su grilla y celebra una década en vigencia con una programación voluptuosa.
Las primeras ediciones de Ciudad Emergente tuvieron asidero en el Centro Cultural Recoleta, con una suerte de implícito padrinazgo a través de la presencia de bandas de culto y no tanto. Hasta cruzaron el Atlántico Los Planetas y Sr. Chinarro, entre otras delicias para saciar a los acólitos del indie peninsular. Asimismo, siempre hubo showcases, sitios de difusión para discográficas independientes, muestras de fotos, cine y cruces disciplinares.
En las ediciones más recientes se multiplicaron las propuestas y el festival se mudó hacia el barrio de La Boca, en Usina del Arte. Un precioso edificio de comienzos de Siglo XX, con rasgos del neorrenacentismo florentino de extensas calles y explanadas, donde funciona un centro cultural y alberga un sinfín de actividades. En la presente edición destacan los conciertos de los «consagrados» Illya Kuryaki & The Valderramas, Eruca Sativa, Onda Vaga, Airbag, Carajo, Árbol y Miss Bolivia.
En 50.000 metros cuadrados se despliegan más de 290 apuestas, con la participación de 1.200 artistas de disciplinas como música, artes visuales, tecnología, stand up, danzas urbanas, gastronomía, cine, letras y deportes. Entre las muestras internacionales resaltan Björk Digital, exposición inmersiva de realidad virtual y la visita del dúo londinense de arte callejero Designs In Air. En el plano local, abre una muestra dedicada a los cincuenta años de rock nacional; Pericos x Pericos, que recorre la historia de la banda en fotografías; y Emergente x Emergente, con instantáneas de los diez años del festival.
El carácter de emergencia como sinónimo de novedoso, joven y fresco, resulta atiborrado por la presencia de las luminarias de mayor resonancia. El agregado de jóvenes artistas de corte más mainstream como Benjamín Amadeo, Oriana Sabatini y Bambi (ex Tan Biónica) y de influencers, y la preponderancia de food trucks por sobre las intervenciones visuales, brindan su cuota de liviandad y lejanía con el espíritu primigenio: el de exhibir diferentes escenas invisibilizadas por los grandes medios y una ventana para la continuidad de la producción de jóvenes creadores. Habrá que digitar con paciencia la grilla para escuchar las sesenta bandas seleccionadas por convocatoria, sin duda habrá noveles apuestas de riesgo.