La ciudad de Sevilla se viste con su color más especial. Del 3 al 11 de noviembre se celebra la decimocuarta edición del Festival de Cine Europeo, con la producción española independiente más reciente como protagonista.
Con la producción española independiente más reciente como protagonista y con una mirada atenta puesta en el cine portugués contemporáneo, el certamen sevillano ya es uno de los clásicos del año en la Península.
Entre los dieciséis títulos que compiten en la Sección Oficial por el Giraldillo de Oro, sobresalen los estrenos mundiales de dos jóvenes y talentosos cineastas catalanes: Tierra firme, segundo filme de Carlos Marqués-Marcet (10.000 km); y Penélope, el nuevo documental de Eva Vila (Bajarí). En la misma sección, de la producción más reciente de Portugal se muestra Ramiro, el último largo de Manuel Mozos; y la premiada A fábrica de nada, de Pedro Pinho. La reconocida y esperada Zama, de la argentina Lucrecia Martel también integra esta selección que se autodefine como «la muestra de las obras clave del año».
Por su parte, Resistencias se presenta como la categoría más atractiva del certamen. Allí se exhiben diez filmes producidos en los márgenes de la industria, con nombres ya reconocidos como Kikol Grau, quien presenta en La transacción: un recorrido audiovisual por la Transición, un pertinente cadáver exquisito que revisiona y cuestiona la transición española, o Pablo Llorca, que exhibe Ternura y la tercera persona, un filme que explora los vínculos comunitarios en la cotidianeidad de un barrio obrero madrileño.
En la sección resistente también se exhiben los nuevos trabajos de la catalana Mónica Rovira, Ver a una mujer; la madrileña Ana Serret, El señor Liberto y los pequeños placeres; y la gallega Ana Domínguez, Os fillos da vide. También desde terra galega, la cineasta Anxos Fazáns presenta su debut en largo, A estación da vida, adaptación de la novela homónima de Manuel Jabois.
Fuera de competencia, Kikol Grau también presenta Histeria de España, un compilado que reúne a una veintena de directores –incluyendo a María Cañas, Borja Crespo, Andrés Duque, Maider Fernández y Manuel Bartual– para retratar la vertiente más cañí y casposa de la sociedad española, tan a flor de piel en estos días.
Desdoblada en dos subsecciones (General y No Ficción), Las Olas presenta el último trabajo de la cineasta portuguesa Teresa Villaverde, Colo, un retrato de las miserias familiares; Sotobosque, un filme de David Gutiérrez Camps que acerca la injusta y desconocida cotidianeidad de un joven mauritano en Girona; Ayudar al ojo humano, de César Velasco-Broca, Lorena Iglesias (Canódromo abandonado) y Julián Génisson; y Niñato, la sorpresa del año dirigida por el operaprimista Adrián Orr.
El certamen también hace foco en el talento local con su sección Panorama Andaluz, y en los ciclos especiales presenta Lejos de las leyes, un homenaje a los cineastas portugueses periféricos Margarida Cordeiro y Antonio Reis. El festival se completa con actividades de industria y un sólido programa dirigido a pulir el ojo crítico del público infantil y juvenil, las audiencias del futuro.
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