Aunque la historia de la cumbia en Colombia está por contarse, este libro es un buen punto de partida que indaga en sus orígenes, formas y mutaciones; una puerta de entrada a una música que ha irrigado las pistas de baile de Latinoamérica.
Cuando se habla de cumbia, se piensa en cumbia y se escucha cumbia, el universo musical que se invoca es inabarcable. El influjo de la cumbia sigue trascendiendo fronteras geográficas y generacionales a tal punto que su reciente carácter continental se acentúa con el paso de los años gracias a nuevas maneras sonoras de abordarla o involucrarla y un interés creciente por descubrir su historia, sus secretos, sus formas, sus recorridos y sus conexiones. Una de las nociones indiscutibles en el universo de la cumbia, a pesar de lo confusa, es su lugar origen: el Caribe Colombiano, pero casi todo lo respecta a la cumbia está por descubrirse y contarse. Por eso la publicación de El libro de las cumbias colombianas es una celebración y un aporte inconmensurable.
En medio de una investigación sobre la música tropical grabada en Medellín, el musicólogo Juan Sebastián Ochoa conoció a Carlos Javier Pérez, melómano empedernido y poseedor de una impresionante colección de discos de sonidos caribeños y tropicales; con la excusa de aplicar a una beca de investigación, abierta por la Fundación Cultural Latin Grammy, emprendieron la ardua tarea de recopilar una muestra definitiva de cumbias hechas en Colombia. El resultado es un libro de partituras al estilo de los Real Book de jazz pero más rico, completo y atractivo a los ojos de cualquiera gracias a que incluye información completa sobre cada registro sonoro y también las portadas de los discos que los contienen.
En total, las noventa cumbias que fueron recopiladas abarcan un periodo de cinco décadas y están divididas en tres expresiones musicales: las cumbias de conjuntos de flauta de millo, las cumbias de acordeón y las cumbias de orquestas y conjuntos; esta división es uno de los grandes aportes ya que revela un universo sonoro múltiple que, hasta ahora, se pensaba como único.
