La banda folclórica argentina integrada por miembros de grupos de indie rock como Banda de Turistas, Los Álamos, Furies y Cristos, lanza su segundo disco Sombrero II. Once piezas en tránsito desde Tierra del Fuego hasta California.
Los Sombrero han construido un disco trashumante: nos llevan montados por la geografía americana, con canciones universalistas y versos reflexivos en la perspectiva de un viajero. «Canta hermano canta / que un nuevo sol vendrá. / Canta hermano canta / tu voz los detendrá», se escucha en El errante, pieza de apertura que evoca tanto a las películas de Sergio Leone como a los vientos de Calexico y las cuerdas de Bingo Reyna.
Se aprecian aires de valsecito, bolero, spaghetti, zamba y country con ribetes de fresca juventud y la sabiduría de quien ha vivido. Quienes señalaban la primera apuesta llamada Sombrero como un capricho de rockers ya deben guardarse sus palabras: lo de estos muchachos va en serio, el folclore ancestral se toma con respeto y se rubrica con sonoridad elocuente. Basta con echar mano al single Patagonia (descartado en este disco), para dar con una eminente reversión del clásico del maestro argentino de las milongas sureras José Larralde.
En el último decenio muchos artistas latinoamericanos de percepción modernista han hurgado en sus raíces y les ha salido bonito: híbridos que van al rescate de la tradición que se mixtura con soporte analógico y digital. Sombrero podría situarse en la avanzada de proyectos que discurren con naturalidad como los de Benito Malacalza, Pol Nada y NdeRamírez. Aunque diferentes entre sí en tanto a elecciones estéticas, los ribetes de psicodelia y la tierra los aúna para relatar atractivas historias a la vera del camino (o bien, a orillas de un río).
El álbum fue producido por el grupo y Norman Mac Loughlin, experto en cinemática, que podemos apreciar como instrumentista en proyectos como Jackson Souvenirs. No conviene destacar hitos entre las once piezas: hay que descubrirlas paso a paso, siguiendo al sol y buscando la próxima posta antes del anochecer. Salud, hermanos del camino, denle play que agua y buen vino no han de faltar.