El tercer álbum de La Chiva Gantiva, banda intranacional radicada en Bruselas, se la juega por el sonido sucio de las guitarras eléctricas en sintonía con el ritmo caribeño que los llevó a recorrer el mundo. Llegó, vio y venció, ahora va a por más.
Qué: Disco (Flowfish Records)
A mediados del Siglo XX las carreteras colombianas eran recorridas por vistosas «chivas», o buses escalera, que transportaban campesinos de un pueblo a otro, sobrecargadas de pasajeros con sus respectivos equipajes: cajas, atados y bultos de víveres, bártulos, chécheres y cuanta cosa cupiera arriba de su techo de lona. El paso del tiempo fue transformando a los populares automotores en símbolos criollos: una chiva recibe, resiste y abarca de todo, es símbolo conciso de mestizaje y tradición, como La Chiva Gantiva.
En 2011 en algún rincón de Bruselas, Bélgica, Rafael Espinel, Natalia Gantiva, Felipe Deckers, Tuan Ho Duc, José Buc Chávez y Martin Mereau, un puñado de amigos provenientes de Colombia, Chile, Francia, Vietnam y Bélgica empezaron a ensamblar una chiva sonora sin sospechar que, una vez echara a andar, recorrería toda Europa, atravesaría océanos y se abastecería de la energía del baile en cada una de sus paradas. Seis años más tarde, La Chiva Gantiva potenciada, adquiere forma de nave espacial para presentar su tercer álbum: Despegue.
Con el kilometraje acumulado a lo largo de la gira que acometieron luego de editar Vivo (2014), su segundo disco, la nueva música de La Chiva Gantiva la hace lucir robusta y resplandeciente. Aunque el ritmo de los tambores africanos vuelve a ser relevante –el segundo sencillo del disco, que cuenta con la colaboración del rapero Speech Thomas del grupo Arrested Developpement, lleva por nombre Cuero–, la Chiva ha dado un golpe de timón certero rebajando los niveles de funk en beneficio de un espectro sonoro más punk, eléctrico y pesado.
Para ello han contado con la colaboración de Iván Benavides, el genio detrás de discos eternos de la música colombiana alternativa como La tierra del olvido, de Carlos Vives; el único álbum Bloque de Búsqueda o 3AM (In beats we trust), de Sidestepper, entre otros, como productor de seis de los diez temas del disco; las demás fueron producidas por el ingeniero francés Vincent Poujol, quien ya había asumido dicha labor en Vivo.
Así, champeta, cumbia, porro, r&b y hip-hop, la autopista tropical de La Chiva Gantiva, se entrecruzan con un camino que transitan el grunge y el trip-hop. En esa intersección, canciones como Cuero, Despegue, Me lo llevo, Fantasmas y Fais comme si, todas producidas por Benavides, se encienden como turbinas capaces de alzar vuelo rumbo a destinos felices.