En su reciente álbum, el trío instrumental brasileño Skrotes sorprende con la madurez de cambiar y evolucionar tiempos y ritmos en su propuesta, pero manteniendo siempre la capacidad de sonar contundente y directo.
Qué: Disco (independiente)
Natural de Florianópolis, ciudad autodenominada como «Isla de la Magia», el trío instrumental Skrotes cuenta con un hechizo propio. Su música puede ser percibida como heredera tanto de la diversidad musical de Mike Patton como del espíritu de John Cage, con dosis generosas de funk, jazz y bandas de sonido.
En este quinto lanzamiento –previamente han aparecido dos EPs y dos LPs–, su particular quimera encuentra traducción exacta desde su título, Tropical mojo, expresión que resume tanto el calor de sus composiciones como el elemento indescriptible que permite que a estos tres músicos de formación erudita componer temas impredecibles y arrebatadores.
Edu K, de la banda de culto DeFalla, produjo el álbum y ayudó Chico Abreu (bajo), Igor da Patta (piano y sintetizadores) y Guilherme Ledoux (batería) a ir más allá de sus limites, proponiendo arreglos con samplers y elementos electrónicos que permitieron a los músicos interactuar con los sonidos creados por ellos mismos.
Tener esa dirección creativa (los anteriores trabajos fueron todos autoproducidos) marcó la diferencia, y piezas como Delincuentes profesionales, Lamber One y la impresionante 3 mil lá embaixo potenciaron la madurez que antes parecía un poco lejana.
Aunque muchos pasajes del disco sean delirantes, sería muy simplista definir este trabajo como «psicodélico». Mejor decir que se trata de un periplo libre hecho por gente que realmente sabe como viajar y puede disfrutar al máximo las sorpresas que ofrece la ruta.