La mexicana Natalia Lafourcade presenta la segunda entrega de su homenaje a las texturas sónicas que recorren lo largo y ancho de Latinoamérica, deteniéndose en latitudes específicas como Cuba y obviamente en su tierra azteca con piezas tradicionales y de su propia autoría.
Qué: Disco (Sony Music)
Natalia Lafourcade ha demostrado una excelsa madurez en cada paso que recorre. Lo hizo con el volúmen 1 de Musas y lo confirma en su continuación. En esta ocasión, acompañada una vez más por Los Macorinos, la veracruzana se adentra en otros ritmos para así intentar cubrir la gama musical casi infinita que reviste toda Latinoamérica.
Este Volumen 2, que cuenta con admirables colaboraciones de Eugenia León y Omara Portuondo, se abre con el son cubano de Danza de gardenias –compuesto junto a El David Aguilar–, y rescata grandes temas de compositores como Alberto Domínguez y Margarita Lecuona, entre otros.
Con este trabajo, Lafourcade nos sumerge en una rica gama de géneros tradicionales entre los que tampoco falta el bolero (Alma mía), la trova yucateca (Desdeñosa) o el son istmeño (La llorona), ofreciendo un recorrido musical al que se suman sus propias composiciones en las que destaca como letrista, acercándonos a un cauce que fluye entre un lenguaje sencillo y a la vez poético.
El argentino Cheche Alara y el venezolano Gustavo Guerrero se encargan de la dirección y realización musical del álbum, tal como lo hicieron en el volumen uno. Esta virtuosa dupla logra capturar la esencia natural y orgánica con la que Natalia, Los Macorinos y sus músicos interpretan las canciones, permitiendo que distintas generaciones puedan acercarse a las raíces de las músicas tradicionales con una propuesta musical que suena actual y moderna.
