La arruga es bella, y hay que dar lustre al dicho. Eso parece haber entendido la banda valenciana La Habitación Roja, que se descuelga con Memoria, su trabajo discográfico más redondo en mucho tiempo.
Qué: Disco (Mushroom Pillow)
Mantener el pulso después de una decena de álbumes suele ser tarea abocada al fracaso. Y más cuando la fórmula reinante está limitada a unos parámetros tan demarcados como el indie-pop pasional forjado por La Habitación Roja desde hace ya dos décadas. Un hándicap de tal calado podría ser suficiente para echar por tierra el interés por un nuevo trabajo de la banda valenciana.
Sin embargo, contar con Paco Loco en las labores de producción suele conllevar una invitación a ir más allá. Y eso es lo que sucede en este trabajo, donde el acabado artesanal ha reforzado la pulcritud melódica de unas canciones embebidas en una más que saludable oxigenación acústica de arreglos.
No hay más que caer rendido ante la épica Líneas en el cielo. Lo mismo se puede aplicar al barnizado synth-pop con el que han labrado Madrid, Algo de verdad o la emotiva Estrella herida de muerte. Dentro de esta misma línea pasional, Berlín se lleva la palma.
Y así a lo largo de un trabajo que reconcilia al grupo con las musas de la inspiración, al mismo tiempo que le sirve como bote salvavidas dentro del incesante cambio meteórico de referente dentro de la actual escena pop española. Y que dure. Mientras le quede arresto para sacarse de la chistera sortilegios como Desde aquí y No fueron tiempos para enmarcar, el abono para la jubilación todavía queda lejos.
