Con un deje melancólico en las letras, enlaces a la ruptura amorosa y un aura nostálgica propia del tango, la banda uruguaya Sante Les Amis perfecciona un estilo: compone un sonido envolvente que sigue invitando al baile pero, esta vez, genera un clima etéreo que coquetea con el ambient pop.
Qué: Disco (Nacional Records)
Producido por Federico Lima (Socio), Sueño animal reúne diez canciones que se alejan del electropop más discotequero de Sudamericana (2012) para enfocarse en la canción, aunque sin dejar de lado las programaciones, los efectos y los sintetizadores. Así, la agrupación uruguaya, conformada por Esteban López (batería), Santiago Marrero (teclado), Diego Traverso (guitarra, voz), Nicolás Demczylo (guitarra) y David Stabilito (bajo, voz), disemina el vértigo del ritmo y se aleja de la pista de baile para seducir por sus diferentes aristas.
El comienzo es bien rockero, con una arrogancia que remite a Babasónicos y funciona como un puente a la sonoridad más disco de su trabajo anterior. Los temas tienden vasos comunicantes, las guitarras funcionan como condimentos melódicos, junto con los efectos en fade out propios del dance o el synth-pop, y las riendas del ritmo las sostienen los bajos y teclados en negras. Un ejemplo es Sin pausa; posee un deje arrabalero en la melodía vocal que los músicos relacionan con su compatriota Fernando Cabrera en una entrevista. Vámonos posee un groove particular, dentro de una electro-balada mid tempo que va creciendo hasta implosionar. Lo que perdimos, punto alto en el disco, posee sutiles arreglos de teclados y un estribillo con la voz al frente que lo posiciona como un potencial hit radial.
También hay momentos para un pulso más electrónico, como en El beat, donde los sintetizadores entremezclan polivalencias de notas bien ochentosas. Las letras, por su parte, exponen dudas y miserias de las relaciones amorosas; así, A quemarropa dispara: «tu amor en llamas / quemando camas / pensar en sobrevivir me mata». Solo dos es casi un homenaje al Gustavo Cerati de Fuerza natural, por el fraseo de Stabilito y la cadencia de los arreglos de cuerdas, casi sónicos.
En resumen, Sante Les Amis da un salto de calidad en su flamante álbum, forjando un minimalismo que no descuida el trabajo vocal e instrumental en pos de las programaciones propias del dance. Más bien, le sacan el jugo para componer una atmósfera que se nutre de ambos universos. Casi como unos Cigarettes After Sex rioplatenses, con el mismo hálito nocturno, pero con ganas de bailar con sutileza.