El universo drónico del estruendo sónico lleva más de una década viviendo la continua progresión de Toundra; definitivamente, la banda madrileña es el referente español ineludible a seguir en el terreno del post-rock.
Qué: Disco (InsideOutMusic)
Como viene mostrando desde hace tiempo, esta formación madrileña no se contenta con ser una especie de versión metal de Mogwai. Si en su anterior trabajo ya exhibía un grado mayor de complejidad y de puertas abiertas hacia nuevas regiones sonoras, con Vortex, Toundra ha sabido conjugar toda su sabiduría y telepatía alcanzada a lo largo de los años en un conjunto de huracanes noise que supuran sangre, ruido inteligente y oleadas de emoción colérica. Trepanaciones como Tuareg nos muestran hasta el silbido del aire del desierto. Por ser precisamente instrumental, la poética es más visual que bajo el cerco cerrado de las palabras.
Lo aires hindús se cuelan en la fórmula realmente absorbente de los once minutos de Mojave, el corazón de un catálogo de filigranas donde se palpa el derroche físico que pueden llegar a originar crescendos a degüello como Kingston Falls o el fogoso recorrido sembrado en Cobra. De nuevo, las texturas cobran especial relevancia, ofreciendo toda clase de ecos, espacios sonoros infinitos de nubes doom, pero también hiladas con especial delicadeza acústica. Y si encima se cuenta con un cierre de exuberancia fronterizo-cósmico como Cruce oeste, lo único que queda es dejarse seducir por semejante caída hacia el estómago de lo conocido como visceral.
