Van pasando los años –y los discos– y Dorian sigue extrayendo petróleo de la gran cosecha synth-pop y after-punk labrada a lo largo de los años ochenta. Una nueva prueba de ello se llama Justicia universal.
Qué: Disco (Intromúsica)
Definitivamente, el libro de estilo de Dorian sigue bebiendo de una fuente sobradamente conocida a la que han conseguido insuflar nueva vida con Justicia universal, un trabajo llamado a dignificar su carrera y que llega repleto de piezas talladas en sudor gélido, donde además muestran una renovada capacidad en sintetizar el abecedario vital de Ian Curtis en frases que encierran sentimientos soterrados como «nadie puede encontrarte cuando huyes de ti».
Dicha cita pertenece a Duele, uno de los cortes reunidos en esta nueva exaltación del pop bailable de pulsión sinte, insuflado por un descontento enjaulado entre futuros decadentes y últimas señales. El agobio ante la maquinaria neoliberal que rige nuestro día a día se cuela a través de alegatos como la titular del álbum; crítica, de todas formas, desplegada como se hacía en la era post-disco y post-punk: bajo un chute de vitalidad a flor de piel.
Porque, así como Dorian ha aprendido, la mejor manera de combatir las tendencias reduccionistas de la moral es mediante el exorcismo en la pista de baile, una a la que ha vuelto a poblar de sombras y fragor electrónico de pura cepa.