Tras cuatro años sin un álbum de estudio convencional, la catalana Maria Rodés retorna con Eclíptica, una de esas obras llamadas a deslumbrar con gallardía y brillar con luz propia dentro del panorama actual del pop español.
Qué: Disco (Satélite K)
En su día, Maria Rodés supo por su padre que había un cráter en la Luna que se apellidaba como ella. Aquella información marcó su vida, tanto como la profesión de su abuelo, Lluis Rodés, astrónomo responsable del Observatorio del Ebro, entre 1920 y 1939.
La profesión del mismo, y su fin con el desenlace de La Guerra Civil Española, sembró la idea en Maria de hacer un disco conceptual sobre esta etapa de su familia. Hasta el punto de concebirlo bajo designios amparados en el poder de la mística.
No en vano, ella misma ha declarado: «”Eclíptica” es un término de astronomía que se emplea para referirse al movimiento del Sol visto desde la Tierra a lo largo de un año. Cuando descubrí el significado de la palabra me pareció que era un título perfecto para enmarcar un proceso de composición que empezaría en septiembre de 2016 y se extendería justo hasta septiembre de 2017».
De su fase creativa a su fermentación en estudio, Maria Rodés ha retomado el espíritu experimental de su obra maestra Sueño triangular, aunque desde una perspectiva menos subjetiva de la materia onírica. Para esta ocasión, la experiencia de haber grabado un trabajo como Maria canta copla le ha servido para enfocar su canción de autor bajo contornos más definidos.
Contornos apuntalados en Eclíptica bajo un trabajo percutivo de esencia cubista que resuena como un esqueleto siempre guiando la exuberante amalgama de estilos, donde folclore, Caribe, canción mediterránea y dream-pop se conjugan en una nueva estrella que ella misma ha plantado en el firmamento para que su abuelo pueda contemplarla desde el más allá.
