La voz de Maxi Prietto, de Los Espíritus, se une a la de Poli, cantante de Sr. Tomate, para dar vida a uno de los cruces más interesantes del rock independiente argentino. Un canto al amor y a la amistad, a partir de la reinterpretación de un género universal.
Qué: Disco (Alto Valle)
Maxi Prietto es un artista talentoso, inquieto y ecléctico. Siempre influenciado por el rock psicodélico y una peculiar manera de cantar –faceta que explotó en Prietto viaja al Cosmos con Mariano– también demostró un interés por la canción popular. Prueba de ello es su banda, Los Espíritus, que cruza el blues con la canción chamánica y los ritmos afrolatinos.
Pero Prietto no se detiene. Recientemente ha renovado su interés por el bolero, género que ya había explorado en su disco en solitario La última noche (2013) y ha grabado el flamante Boleros y canciones junto con Natalia «Poli» Napolitano, la voz de la banda platense Sr. Tomate.
Con colaboradores de lujo, y un elenco estelar en la producción, este pequeño gran disco reúne clásicos (Historia de un amor, Perfidia, El día que me quieras), composiciones inéditas (Cigarrillos, Témpanos lejanos) y colaboraciones estelares como las del titán de la canción iberoamericana Andrés Calamaro en Guitarras, lloren, guitarras, y del enorme compositor y productor Gustavo Santaolalla, que aporta su charango en Veinte años.
Con un sonido que oscila entre lo tropical, lo tanguero y la canción folk despojada, las voces de Poli y Prietto se entrecruzan en un diálogo que conserva la fibra iniciática del bolero. Un pulso interpretativo sufrido, que le canta al dolor de la ruptura amorosa, a la pasión más febril y desesperada. Él, con su habitual tonalidad deforme, acompasada y magnética. Ella, con una voz edulcorada y dolida, que ubicada dentro de estas melodías remite a cantantes mexicanas como Julieta Venegas o Natalia Lafourcade.
Los arreglos de cuerdas, a cargo de Charly Pacini (Orquesta Típica Fernández Fierro), enaltecen el sonido del álbum y revitalizan un género que suele relacionarse con el pasado. Por otra parte, es importante destacar el trabajo de masterización a cargo de Gavin Lurssen, quien trabajó en discos de Tom Waits y Leonard Cohen.
En una entrevista reciente con el diario Contexto, Maxi Prietto resume el espíritu de este trabajo: «El bolero tiene una historia, las voces en su mayoría son cantantes con oficio, técnica y virtudes de ese tipo. En nuestro caso somos algo raro. Por un lado es una irresponsabilidad cantar clásicos sin estas cualidades (…) aceptamos ese desafío de interpretarlas, tratar de adueñarnos de esas letras y cantarlas como propias. En ese sentido, fue como llevarlas un poco para el barro del rock».
