Veintiséis años después del primer «boom», el BAM sigue ejerciendo de aldabonazo dentro de la escena festivalera, con la acción atomizada por plazas y escenarios emblemáticos, mimo en la programación y una paleta estilística muy amplia. Y que viva la Mercé, por supuesto, que son fiestas en Barcelona…
Qué: Festival de música
Cuándo: Del 21 al 24 de septiembre
Dónde: Barcelona
Le contempla una larga trayectoria al margen de la homogenia y los corsés; el BAM reverdece un año más su noviazgo con el pálpito callejero de la música enmarcado en el puente festivo de la Mercé, seña identitaria lúdica de una Barcelona que quiere mantener su apuesta (serena, prolongada) por el hedonismo creativo.
En el cartel de este año, que empieza a desarrollarse hoy, la primera cita es en la Plaça de Joan Coromines con Balago, el proyecto de electrónica paisajística que enamoró a todo tipo de almas sensibles hace ya diecisiete años con su debut, Erm. El trópico centrífugo se une bajo el paraguas de Candeleros en la Rambla del Raval, donde también se podrá disfrutar del culebreo rítmico de los galos Erotic Market.
La chilena Tomasa del Real invita a barrer el suelo con el pelo, los lusos Bruno Pernadas (pop experimental) y Capicúa (rap) aportan a la versatilidad del cartel, las diosas yorubas Oshun, la delicia caleidoscópica de la sevillana Marina Gallardo, el funk-soul brasileño de militancia LGBTQ de Liniker e Os Caramelows, Portugal asoma de nuevo su encanto con la orquestación nostálgica del Real Combo Lisbonense y dos figuras femeninas coronan la programación a distintas velocidades; Nathy Peluso, hechicera austral afincada en Madrid que trasciende el lunfardo para inventar un lenguaje propio dentro de la escena urbana actual… y La Bien Querida, sutil y explosiva, siempre dispuesta a quitarse el monóculo si la fiesta lo requiere. NO, el BAM no baja la guardia.
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