Después de sus años al frente de la banda Idealipsticks, Eva Ryjlen se pasa al castellano con Violencia posmoderna y vuela sola en una aventura que reivindica algo tan raro en estos días como el rock de terciopelo negro.
Qué: Disco (Desvelo)
Hay un punto de desafío en lo propuesto porEva Ryjlen en su debut en solitario. Una necesidad intrínseca por evadirse de los filtros noventeros que imperan en el hype revivalero de nuestros días. Tampoco es que caiga por el lado de la canción de autor tipo Nacho Vegas.
No, aquí hay propósito por abrirse camino a brazada limpia, sin retóricas circundantes ni espejismos de corta duración. Se demuestra con canciones para toda la vida como Santa Fe, santo eje de esta candorosa colección de rock en carne viva, delicada como una producción de Bob Ezrin para Lou Reed, o con la eterna Experimentar en la línea del mejor rock maldito de los setenta.
Y no nos equivoquemos, aunque su voz tenga un punto que recuerde a la de Christina Rosenvinge, lo suyo es pura intuición. Un talento nacido para bordar arrebatos puros de inspiración. No puede ser de otro modo ante semejante exhibición, ya sea en la arena del desierto sioux de Desde aquí o en la puntería minimalista en la producción de cortes como Hasta que me sangren los pies.
Eso sin olvidar la canción que da título al álbum, donde los teclados son miel para los oídos, o la sensualidad tensa de Sonrisa vertical. En total, once brochazos de rock taciturno, cuajados entre humareda de tabaco rubio y sonidos nacidos para ser nuestra banda sonora en las noches solitarias.
