Acompañados de un torrente de talentos, el multipremiado músico y productor boricua Eduardo Cabra, de Calle 13, y el dominicano Vicente García, se alían para remirar la música caribeña con lentes de colores y mil compases en los dedos. Con todos nosotros, el debut de Trending Tropics.
Qué: Disco (Sony Music)
Madre mía. Ya. No hay escape, el conjuro corre a través de las redes y la población mundial se va a infectar. Eduardo Cabra en las máquinas, Vicente García en la escritura. Se lió; boricua y dominicano, tándem con pasado Grammy de ayer mismo, yéndose muy lejos de la tan cacareada zona de confort (tópico raro el de esta zona, como si fuera un colchón viejo en una sala de espera de aeropuerto) y disfrutando a rabiar en la creación.
El taller de producción Trending Tropics alza el telón con un trabajo que reúne trece composiciones lustradas por diferentes artistas americanos (con el añadido, curioso y venturoso, de la banda española Vetusta Morla) en un esfuerzo que podría ser más pictórico que musical si no fuese porque la música lo llena todo.
Los colombianos Canelón de Timbiquí abren juego con una intro de las que elevan el alma, la boricua ILé (que buenos genes en la familia Cabra) comienza la hipnosis rítmica a continuación y la chilena Ana Tijoux muestra una vez más que su fraseo es capaz de hundirse en el alma como un cuchillo en la manteca.
Todo el tránsito por el disco es una electrificación de las raíces, la música de los bisabuelos vestida con nuevas ropas para que llegue a los nietos, saltando generaciones con pértiga. La guitarra de Carlos Alomar, Ziggy Marley (sublime participación, a medio camino entre Kingston, Bristol y la calle San Sebastián), los dominicanos Frank Báez (locutor, poeta), AcentOh (rap de adentro) y Riccie Oriach, la incomparable colombiana Li Saumet, de Bomba Estéreo, poniendo patas arriba la discoteca y Vetusta (representada por el vocalista Pucho y el guitarrista Guille Galván) consiguiendo no desentonar en el cierre. Que también va de eso la cosa, negar los lugares comunes, los clichés… y disfrutar como locos.
