Veintiséis años después de haber firmado el catedralicio No solo de rumba vive el hombre, Albert Pla retoma la senda de la excelencia de la mano de un seguro de vida como Raül Refree para dar forma a Miedo, banda sonora de la obra de teatro del mismo nombre.
Qué: Disco (Enunplisplasmúsica)
Del crepitar marinero en A por mí al crescendo de aura sacra en Muerto, Albert Pla y Raül Refree han orquestado una solución diferente para cada una de las once piezas que conforman tan inspirado tratado sobre un mundo de fantasmas, muertos, muñecas malditas y muertos en vida.
Un carrusel de cuentos populares atroces y terribles tonadas de ultratumba que resuena como una apropiación de la cultura mexicana sobre los muertos. Quizá la alegoría perfecta para que Pla haga aflorar su parte más intimista.
Ya sea en cortes como la titular del disco o en Entierro, nunca antes la voz del cantautor catalán había sonado tan tenebrosa e infantil al mismo tiempo. Canciones que parecen haber absorbido la esencia de El sol de verano, aquella canción de cuna tétrica con la que daba comienzo No solo de rumba vive el hombre, su obra más recordada. Una a la que, después de casi tres décadas, ha conseguido igualar en inspiración y resultados.
Palabras mayores, y más para un trabajo cuya traslación de obra de teatro a disco ha encontrado el punto de cocción justo con la inestimable ayuda del hiperactivo Raül Refree, con quien ha bordado un telar instrumental mínimo, recogido en la tensión y el miedo exorcizado en cada inflexión vocal inventada por Pla.
Un maestro de la provocación que con este álbum retoma la senda de la excelencia, aparcando rumbas y demás brotes de trazo gordo, en pos de una canción taciturna, misteriosa. Definitivamente, subyugante, para escuchar bajo las sábanas y con los ojos como platos.