La historia de una empleada doméstica mexicana es la excusa de Alfonso Cuarón para rememorar su infancia y la historia de su país mediante una apuesta visual poética y grandilocuente. Se estrena Roma en salas de España.
Qué: Película (estreno en México y Estados Unidos)
Cleo (Yalitza Aparicio) es algo más que una empleada doméstica, es casi una madre sustituta para los cuatro niños de la familia para la cual trabaja. Su vida, dentro y fuera de esa casa, sus salidas, sus sueños y sus pesares conforman el hilo conductor de Roma, la última película escrita y dirigida por el director mexicano ganador del Oscar Alfonso Cuarón (Y tu mamá también, Gravity).
El filme –producido por Netflix y que tiene su estreno en cines un mes antes que en la plataforma de streaming–, se presentó en el Festival de Venecia, donde ganó el León de Oro y participó de los prestigiosos festivales de San Sebastián, Toronto y Mar del Plata. Además fue seleccionado para representar a México en la categoría de Mejor película de habla no inglesa para los próximos Premiso Oscar, y está en todas las quinielas como candidata a integrar la nómina de las mejores producciones iberoamericanas del año.
Filmada íntegramente en blanco y negro (Cuarón está a cargo de la fotografía –junto a Gabo Olivares–, y también de la edición), Roma, que se estrenó a finales de noviembre en México y Estados Unidos, posee una puesta en escena grandilocuente y bella hasta el más mínimo detalle. La adaptación a la época –década de los setenta– es notable y no es un dato menor: en la trama se cuelan, con potencia, los violentos hechos sucedidos en 1971 conocidos como «El Halconazo», una represión devenida en matanza contra un movimiento estudiantil a cargo de grupos paramilitares mexicanos conocidos como Los Halcones.
La película más personal hasta el momento dentro de la filmografía del gran realizador mexicano se emparenta sin duda con el neorrealismo italiano para abordar una historia sencilla y basada en hechos reales que apela a un imaginario intimista.
