Con su tercer álbum Cancións clínicas, uno de los discos pop más intensos de los últimos meses, Chicharrón vuelve a demostrar por qué es uno de los secretos mejor guardados del pop español (e internacional).
Qué: Disco (Prenom)
El universo del pop español sigue evidenciando un estado de salud boyante. Siguiendo esta inercia positiva, a los fabulosos discos publicados por Martes Niebla, Tortel, Alberto Montero, El Hijo, Ofrenda Floral y La Estrella de David, toca sumar el más reciente trabajo de Chicharrón; álbum en el que nos topamos con Non creo nada do que venden, uno de esos temas que se quedan pegados a la membrana auditiva como hielo para los labios.
De sensaciones de impacto afilado anda más que sobrado Cancións clínicas, donde la banda de Carballo ha pegado un giro brutal hacia la dimensión oscura de su sonido. Texturas de roce sinte que filtran el recuerdo de los Joy Division glaciares de Atmosphere pero también de los The Cure de Pornography. Dichas referencias se diluyen en la capacidad expresiva del grupo gallego, que yergue un monumento a sus propios miedos.
Entre la lírica existencial y la descripción de una naturaleza salvaje de los sentimientos, estos ocho cortes –oxigenados por tres interludios donde engarzan la caligrafía física de Ben Frost con el ambient cósmico de Klaus Schulze– levitan ante nuestros oídos como telúricas radiografías del amor, que sobreviven a la catástrofe. Un ejemplo de cómo la materia pop aún puede ser un animal peligroso ante el que la única opción es ser presa de su aullido, como el que cierra No seu despregar, postrero mordisco de esta hermosa criatura de mirada antártica y corazón vigoréxico.
