La onubense Elvira Navarro publica La isla de los conejos, un libro que consta de once cuentos escritos desde la sombra y que beben de un común denominador: el conflicto. La escritora y filósofa abandona la novela para dotar de intensidad el terror y el desasosiego.
Qué: Libro (edita Random House)
Elvira Navarro ha fundado su propio archipiélago. Once relatos que se convierten en las islas de un territorio hostil en el que lo inquietante se torna farragoso e incómodo.
La isla de los conejos ofrece once piezas cortas que se mueven en una atmósfera extraña, propia de las miserias humanas. La mente divergente, o quizá enferma, de un inventor que decide soltar a unos conejos en una isla es el cuento homónimo de este compendio de relatos sórdidos. También nos encontramos con Gerardo y aquellas cartas que enviaba a Natalia, hay una empleada de hotel que deambula por los sueños de sus huéspedes e incluso el fantasma de una madre que envía una solicitud de amistad a su hija.
El discurso narrativo de Elvira Navarro nos devuelve a un realismo sucio, propio de la periferia en la que se desarrollan sus historias. Una periferia que alberga la sombra, lo incómodo, todo aquello de lo que uno quiere despojarse, de lo que inquieta y provoca malestar; cada una de las piezas rebosa una tristeza que se cobija en el conflicto. No es un libro escrito para el lector ni una lectura fácil, puede llegar a incomodar; se trata de un libro escrito por y para el miedo: el propio y el ajeno.
Cada uno de los relatos de La isla de los conejos se erige con una intensidad demoledora, once cuentos inquietantes y sórdidos que no se olvidan fácilmente. También existe belleza en la periferia.