Son ya trece zambullidas en el barro sanador del Mud, conciliábulo de músicas dispersas que manan de la raíz y que tienen en Lleida a su punto de encuentro. Depedro, Daniel Lumbreras y los holandeses Papa Upa, liderados por el venezolano Álex Figueira, son el aporte iberoamericano al guiso.
Qué: Festival de música
Cuándo: Del 7 al 10 de marzo
Dónde: Lleida (Cafè del Teatre y Grans Records)
Con la mera presencia del dúo Kacy & Clayton (primos y sobradamente preparados) y la sensacional aportación de los oregonianos Parson Red Heads ya hay motivos suficientes para acercarse a la capital de la Terra Ferma y disfrutar de otro año de Mud. Por suerte para quienes hayan decidido la visita a ojos cerrados, Depedro también está en la boleta de este año, y sale primero que nadie a escena.
El amigo del alma de los Calexico es un lujo para cualquier cartel; a veces parece que Jairo Zavala nació y creció en esa frontera que ahora luce en varios puntos el muro del jefe Oompa Loompa, y como ciudadano del mundo que es, siempre ha sabido extraer lo mejor de ambos lados de la frontera. Tiene disco nuevo: Todo va a salir bien.
Depedro
En cuanto al barcelonés Daniel Lumbreras, lo suyo es un matraz transparente en el que caben notas de música negra africana, celta, brasileña, cantos sufíes o guiños desde el Atlas con el raí. Su uso instrumental de la voz es otro aliciente para escucharle con atención; actuará en la tienda y cervecería Grans Records, dentro del programa de conciertos íntimos.
El grueso de presencias escénicas, como es habitual en la plaza, estará en el Cafè del Teatre de l’Escorxador. Ouzo Bazooka y la psicodelia de los zambianos WITCH (We Intend To Cause Havoc) con el neerlandés Jacco Gardner en sus filas, son otros dos actos que conviene no perderse.
En cuanto al Conjunto Papa Upa –liderado por el venezolano Álex Figueira– que actuará al cierre el domingo 10, la cosa va de baile, de trópico, funk y sudor; papa upa, en argot caribeño, es algo así como líder, «el puto amo» en versión cañí. Dado que sus armas son las notas y el imperativo que ejerce es el de ser disfrutón, cabe la genuflexión ante este tirano de la gozadera.
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