Con su segundo trabajo discográfico Goela Abaixo, la banda paulista Liniker e os Caramelows asume un lánguido perfil soul sin dejar de lado su característica densidad lírica, acompañada por elegantes armonías vocales.
Qué: Disco (Independiente)
En Remonta, su debut de 2016, Liniker e os Caramelows apostaba por el funk y el r&b, tomando el baile como eje primordial de su trabajo. Ahora, Goela Abaixo lo sucede con una notable diferencia: aparece el soul más melodioso, que suena sensual incluso cuando no habla de amor.
Aunque la banda esté asentada en São Paulo, Goela Abaixo es en parte deudor de la tradición soul de Río de Janeiro, con referentes como Sandra de Sá, Claudio Zoli y, claro, Tim Maia. En el disco hay un aroma a finales de los 80 y comienzos de los 90, aunque no se busque repetir el sonido de dicha época –más bien se trata de una estética compositiva, marcada principalmente por los pianos y las armonías vocales.
En el álbum participan muchas voces invitadas: Ju Strassacapa (Francisco el Hombre), Tássia Reis y Josyara, entre otros, se hacen escuchar en los coros, y la gran Mahmundi comparte discretamente los versos com Liniker en Bem bom, canción candidata a éxito radial. Las múltiples participaciones evidencian que el Goela Abaixo se generó en la ruta: las sesiones sucedieron en diferentes ciudades de Brasil y también de Alemania y Portugal; y hasta hay registros hechos en la casa de Liniker.
Sin embargo eso, lejos de comprometer la calidad del sonido, parece haber ayudado para que los temas suenen más frescos y vigorosos, incluso cuando los arreglos son delicados; mérito que se debe acreditar al bajista Rafael Barone, productor del álbum.
En este trabajo, Liniker le pone énfasis una vez más a la interpretación y al sentimiento, y no tanto a la técnica; eso sigue siendo una de las ventajas que lleva sobre otras cantantes contemporáneas de Brasil. Ella no quiere ser admirada por como canta sino por lo que canta. Sus letras tratan de ansiedad, tristeza y de cuestiones que son ineludibles a una mujer trans en Brasil, lo que hace que su canto venga acompañado por la pasión a flor de piel.
