El escritor mexicano Antonio Ortuño publica Olinka, un thriller ambicioso que critica la dinámica social impuesta en la que no importa el coste con tal de ascender socialmente.
Qué: Libro (edita Seix Barral)
Luego de La vaga ambición, libro de cuentos que obtuvo el V Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero en 2017, el escritor Antonio Ortuño retoma el género novela con Olinka, una obra que indaga en la relación existente entre política, corrupción y urbe.
La novela cuenta la historia de Aurelio Blanco, un hombre común y corriente, un contable que trabajó para una importante empresa constructora en Guadalajara y asumió un delito que no cometió por lealtad a Carlos Flores, su suegro y gran patriarca familiar.
El delito: un fraude, o mejor, varios (blanqueo de dinero, usurpaciones de tierras, desapariciones) por la supuesta construcción de una urbanización monumental que llevaría el nombre de Olinka –sí, como aquella mítica y utópica ciudad para intelectuales y artistas que soñó el Dr. Atl–, un proyecto que, evidentemente, hicieron fracasar.
La cuestión es que a Aurelio le fueron hechas ciertas promesas (dos millones por año en prisión, los mejores abogados), pero esas promesas se esfumaron y Aurelio fue librado a su suerte por quince años, quince años tras las rejas, y, cuando finalmente sale –aquí empieza la novela–, después de haber perdido todo (mujer, hija, trabajo, vida), está sediento de venganza.
El autor, con un sarcasmo preciso, narra la peripecia de Aurelio, «el Perro», que busca recuperar lo que le fue arrebatado hace quince años, lo que sigue considerando propio, en un tiempo (y un mundo) que le es ajeno. Aquí está uno de los problemas centrales: el tiempo, porque pareciera que en su ira Aurelio no solo buscara recuperar todo lo perdido (lo afectivo y lo material), sino también recuperar el tiempo perdido, pero ¿se puede recuperar lo que ya no es, ni será, igual?
Hay en la novela, más allá de los personajes de carne y hueso que la habitan (además de Aurelio, se destacan Alicia y Carlos Flores), un personaje que destaca que no es otro que el espacio, el municipio de Zapopan en la ciudad de Guadalajara, un monstruo de hormigón que oprime y a la vez alimenta a la corrupción y al blanqueo de dinero.
Allí otro problema en el que el autor pone el foco: la sociedad podrida. Ya no son solo los poderosos sin escrúpulos, sino también la clase media que se deja comprar por dinero, por más sucio que sea. Conclusión: la corrupción está en todas partes y Olinka es una novela que, con agudeza, expone la doble moral imperante en la sociedad.
Antonio Ortuño (Guadalajara, 1976) es autor de los libros de cuentos El jardín japonés, La señora rojo, Agua corriente y La vaga ambición, así como de las novelas El buscador de cabezas, Recursos humanos, Ánima, La fila india, Méjico y El rastro. Olinka es su novela más reciente.